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Arturo Reyes Isidoro 06 de Junio de 2025
Prensa Veracruz [mailto:comunicaciongubernamental@hush.com] 06 de Junio de 2025
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Arturo Reyes Isidoro 04 de Junio de 2025
Aquí no pasa nada, dice también Sheinbaum sobre el resultado del domingo
Un chiste ya muy viejo se refiere a un boxeador al que le están pegando una severa madriza (disculpa lectora, lector, la palabreja, pero es para significar lo severa que era) y cuando termina el round y llega al banquillo de su esquina, le pregunta a su mánager que cómo va. Pues noqueando apenas si empatas, le responde. ¡Pa’ su ma!, así estaba de molido a golpes.
Me lo recordó ayer Claudia Sheinbaum cuando declaró en su mañanera que, no obstante la madriza que les pegó la oposición en las elecciones del domingo pasado, a Morena “no, no le fue mal”. Otra vez ¡pa’ su ma!, que si le hubiera ido mal, se imaginan. Y, claro, a Rocío le gustó lo que dijo porque fue como si le pusiera ungüento en la herida. “Agradezco a la presidenta @Claudiashein el análisis que hace de los resultados electorales en Veracruz de la elección en los 212 municipios. Ha seguir construyendo la transformación en nuestro bello estado” (transcribo literalmente su mensaje en X).
Quiero entender que ni modos de salir a decir públicamente que les fue mal, pero para ellas y su partido y sus gobiernos sería grave si deveras creyeran que no les fue de la patada. Solo faltaría que, como Javier Duarte, creyeran y dijeran que aquí no pasa nada.
Según mi experiencia, a la media noche del domingo-lunes, cuando se tuvo el 100 por ciento de las actas capturadas y los resultados preliminares del OPLE, se debieron haber encendido todos los focos rojos en el Palacio Nacional, en la Secretaría de Gobernación, en la Coordinación General de Programas para el Bienestar y en el edificio del CEN de Morena con respecto a Veracruz.
Porque cuando solo faltan 24 meses para la elección intermedia, cuando se renovará la Cámara de Diputados, ahí donde se aprueban o rechazan las iniciativas presidenciales, el Gobierno de Veracruz no entregó las cuentas que se esperaban, con un grave retroceso electoral respecto al avance significativo que habían logrado en seis años desde que son Gobierno. A reserva del cómputo final de votos, que se inicia este miércoles (quieren hacer trampa y revertir los resultados, para lo que están tratando de inhabilitar legalmente a quienes ganaron o someter a los OPLEs municipales), como publiqué ayer, el número real de municipios que ganó Morena el domingo puede ser solo de 59 de los 212 del estado, ya que una fuente autorizada del PVEM me aseguró que las 13 alcaldías que obtuvo sin alianza corresponden solo al Partido Verde y que no se pueden sumar a Morena, pero que, además, de las 60 que ganaron en coalición, por lo menos 12 fueron también de candidatos verdes.
Con otra, aparte de las cifras alegres que manejó Sheinbaum en su mañanera, en la que sumó los triunfos de los verdes y los del PT (solo le faltó incluir el del candidato independiente), así como hicieron los verdes que reclaman sus triunfos para ellos solos y no quieren que los metan en la misma licuadora con los de Morena, así también los petistas no les quieren compartir crédito y hasta les reprochan que los trataron con soberbia y los ningunearon y ahora quieren usar sus triunfos para inflar la escuálida lista guinda.
La verdad, me sorprendió el talante con el que apareció el lunes, un día después de la elección, la gobernadora Nahle, muy sonriente, ella misma dijo que hasta “contenta”, sin ningún dejo de preocupación. Me dije que si estaba aplicando aquello de al mal tiempo buena cara, no estaba mal, o hasta llegué a pensar que antes de enfrentar a la prensa en su conferencia se había tomado tres jarras de té de tila, bien caliente, y había salido mentalizada repitiéndose que había que aguantar vara.
Son muchos los factores que influyeron en la derrota y se tendría corta visión si todo se reduce a echarle toda la culpa al dirigente formal de Morena, Esteban Ramírez Zepeta, pues no es ningún secreto que en nuestro sistema político quien manda es el dirigente o líder natural, en este caso la dirigente y líderesa natural, que no es otra que la gobernadora Nahle. Ella es la responsable política del estado y de su partido, nadie más, aunque hay varios o muchos culpables que le fallaron o que no hicieron lo que debían o que incluso siendo de su mismo partido le jugaron la contra. Se impone (eso creo), le urge una recomposición de toda la estructura humana de su Gobierno, aunque ella dijo el 19 de mayo pasado que no hará cambios pues tiene “un gran gabinete”.
Necesita hacer un rearmado, con urgencia, para recuperar el electorado que perdieron y enfrentar con éxito el proceso electoral de 2027, así como para mostrar a los ojos –que ya no se los va a quitar de encima– de la Ciudad de México que no se quedó con los brazos cruzados, para que confíen en ella el manejo de la elección dentro de dos años, ya que es mucho lo que estará en juego y porque la misma media noche del domingo-lunes pasado, todos sus enemigos políticos se han de haber ensañado con ella ante la presidenta Sheinbaum, mínimo diciéndole que no pudo y que no puede y que tienen que meterle mano ellos a Veracruz.
Ella misma tiene que hacer un alto y revisar si en efecto tiene un “gran gabinete”, pues no es posible que se les pasen detalles, le fallen y no la tengan bien informada, como ese de que anunciaron un homenaje a Celia Cruz en el Salsa Fest, en puerta, cuando no habían solicitado autorización del uso del nombre de la artista a la fundación dueña de los derechos, porque ignoraban que había que hacerlo, y el lunes tuvo que salir a dar la cara para aceptar que hubo un error, o sea, a pagar ella por los yerros de otros. O como el error en su texto de ayer en X: “Ha seguir construyendo…”, cuando lo correcto debía ser: “A seguir construyendo…”, sin hache. ¿Quién la asesora? ¿Quién cuida los textos que publica? Cito esos dos detalles porque son ilustrativos de que desde ahí tiene que empezar a dar una fuerte sacudida para corregir el rumbo y si quiere enfrentar con éxito político los cinco años y medio que le restan de Gobierno.
Creo –y es mi muy personal punto de vista– que quien siempre tuvo la razón y sabía lo que decía porque veía venir las consecuencias, fue Manuel Huerta. Desde el sexenio pasado, Morena perdió el rumbo y se alejó de su sentido original, incluso empezó a perder su esencia, porque el poder, y todo lo que ello implica: la corrupción, el dinero, el abuso, la impunidad, los deslumbró y los atrapó. Pronto cayeron en lo mismo que tanto criticaron al PRI, incluso se pasaron. Por eso los castigó también el electorado el domingo. Llegaron a calificar a Manuel de traidor porque siempre les dijo la verdad. El tiempo le ha dado la razón.
Creo que harán mal la presidenta y la gobernadora si no dimensionan en su justa medida la gravedad de la derrota de su partido el domingo. El electorado veracruzano ya vio y comprobó que no son invencibles y que los pueden derrotar aun teniendo todo el poder federal y todo el poder estatal. El electorado y los partidos de la oposición quedaron motivados para seguirles dando y no les van a dar tregua. Si Morena y todos los que lo integran no dan muestras de cambio real, los veracruzanos no les van a devolver la confianza. Pasaron del hartazgo del PRI, aunque aguantaron 70 años para que los colmaran, al hartazgo de Morena, que en apenas seis años lo logró. Por eso se derrumbaron el domingo.